Guía rápida para principiantes.

¿No sabe por donde empezar? No se preocupe:

En esta página le vamos a resumir la información más importante que debe conocer si quiere conservar y disfrutar de su orquídea. Luego, si lo desea, podrá profundizar en algunos de los conocimientos asociados a estas plantas visitando las diferentes secciones.
¡Buena suerte!

1- ¿Por donde empezamos?

Conozca los diferentes géneros de orquídeas.
Conozca los diferentes géneros de orquídeas.

El primer paso es identificar el género de su orquídea. Si usted ha comprado la planta o le han regalado una, probablemente vendrá con una pequeña etiqueta donde indica el género de la orquídea (phalaenopsis, oncidium, cambria, dendrobium, vanda, etc.). Esto le ayudará más adelante a conocer específicamente las necesidades de su planta. Las orquídeas, según género, pueden presentar variaciones significativas.

Si desconoce el género de su planta, trate de localizarlo visitando nuestra sección: ¿Qué tipo de orquídea tengo?

2- Busque el lugar más apropiado para colocarla.

Bien, suponemos que ya conoce el género de su orquídea y, por tanto, sus necesidades medioambientales. Ahora el siguiente paso va a ser encontrar el lugar de la casa, oficina u otro donde la debemos colocar. Por tanto tenga en cuenta que:

Las orquídeas necesitan mucha luz.
Las orquídeas necesitan mucha luz. Los lugares más adecuados son los cercanos a ventanas y balcones, donde filtraremos la luz con una cortina si en algún momento del día entra el sol directo.
  • a) Las orquídeas, en general, necesitan mucha luz pero, salvo algunas excepciones, nunca luz directa del sol. Por tanto debe ubicarlas en un lugar cerca de ventanas, balcones o terrazas interiores donde el sol no dé directamente.
  • b) El sitio donde las coloquemos debe ser de fácil aireación. Las orquídeas no soportan los ambientes demasiado cargados (humos, contaminación, vapores orgánicos, etc.).
  • c) Aunque necesitan cierta renovación de aire, evite siempre las corrientes directas de aire ya que no los soportan (salvo las Vandas) y producen la caída prematura de las flores.
  • d) También necesitan que el ambiente no sea excesivamente seco. Esto puede agravarse en invierno si disponemos de calefacción central. Hay que apartarlas de los focos de calor y secos.
  • e) Las orquídeas provienen de un ambiente tropical en su mayoría. Por tanto, tiene que estar al resguardo de temperaturas extremas: Más de 30ºC. o menos de 10ºC. durante todo el año.
  • f) La humedad no debería bajar, en la mayoría de las especies, del 35-40%. Esto puede crear ciertos problemas en interiores. Una forma de proveer en casa un cierto nivel de humedad es colocando nuestra orquídea junto a otras plantas o colocar unos platos en su base con grava, bolitas de arcilla u otros productos con algo de agua y sin que lleguen a tocar las raíces. Un lugar adecuado, en algunos casos, pueden ser los lavabos, trasteros, lavaderos u otros, si además tienen condiciones óptimas de luz.
  • g) Si la planta se adapta bien a su sitio, es decir, crece, se desarrolla y florece, hay que procurar ya no moverla.
  • h) Recuerde, pues, que la orquídea debemos colocarla allí donde tiene unas condiciones semejantes a las de su hábitat natural, no tan sólo donde nos quede bonito.

3- Vamos a cuidarla.

En este punto se supone que ya tenemos ubicada a nuestra orquídea en unas condiciones favorables. Vamos a ver los cuidados básicos que necesita.

Riegos:

Riego por inmersión
Riego por inmersión En el agua de riego podemos disolver además los diferentes nutrientes en forma de abono, según las indicaciones de cada fabricante. El único inconveniente que existe es que si vamos sumergiendo diferentes plantas, si hay alguna de ellas con enfermedades, puede facilmente contagiar a otro a través del agua. Por tanto utilizar este sistema con plantas que tengamos la certeza de que no presentan enfermedades.
  • Debe emplear sólo agua blanda de baja mineralización. Si usted vive en zonas de agua dura, deberá regarla con agua embotellada o tratada (los equipos de osmosis inversa suelen ofrecer una buena calidad de agua para las orquídeas).
  • Frecuencia de riegos: La regla de oro es que hay que dejar un tiempo entre regado y regado para que el substrato se seque sin llegar al secado total. Normalmente las raíces son unos buenos indicadores del nivel de humedad en el substrato. Raíces de color blanco nos indican falta de agua, raíces de un color verde intenso indican humedad suficiente. Hay que espaciar los regados en invierno.
  • La segunda regla de oro es evitar el encharcamiento de agua en el substrato o en la base de las hojas. Asegúrese que el substrato tiene un buen drenaje. Si el agua se retiene por muchas horas acabaran pudriéndose por el ataque de bacterias y hongos.
  • Aconsejamos el riego por inmersión, en su defecto puede regar como lo haría normalmente con una maceta cualquiera a partir de una regadora pero procurando que escurra bien el agua.
  • También es adecuado efectuar vaporizaciones de agua especialmente en las épocas de baja humedad relativa del aire (verano).

Nutrientes:

Abonos específicos para orquídeas.
Abonos específicos para orquídeas.
  • Para que la planta se desarrolle normalmente deberemos abonarla regularmente. El período de mayor frecuencia (cada 10 o 12 días) es justo antes del período de floración (inicios de primavera en la mayoría de géneros). Ir espaciando la frecuencia de abono durante la floración (cada 20 días más o menos). En la etapa de reposo (otoño-invierno) los abonados se distancian a 1 mes o se suprimen.
  • Es adecuado que entre abono y abono se efectúe algún riego sin abono para que no se nos acumulen un exceso de sales minerales en el substrato y éstas sean desechadas.
  • Hay que utilizar exclusivamente abono específico para orquídeas. Evitar el exceso de abono y seguir las instrucciones del fabricante.

4- Evitar problemas.

Si seguimos las orientaciones que hemos ido explicando es muy posible que nuestra orquídea esté en una buenas condiciones de sobrevivir, no obstante, aconsejamos una revisión periódica para detectar a tiempo cualquier problema y poner remedio antes de que sea tarde:

Control parametros medioambientales
Control parametros medioambientales Controlar las temperaturas (mínima y máxima) así como la humedad ambiental, nos ayudaran a proteger a nuestras plantas.
  • Proponemos una revisión ocular como mínimo de frecuencia semanal para observar el estado de las hojas, las raíces y la planta en general.
  • También se recomienda, si es posible, el uso de dispositivos para medir las condiciones medioambientales (temperaturas, humedad, etc.) esto nos indicará si estamos en unos valores aceptables para la planta.
  • Si detecta alguna orquídea enferma lo mejor es separarla del grupo y someterla a cuarentena mientras la tratamos.
  • Utilice para el corte de varas u otros utensilios desinfectados.
  • Tenga limpia de restos de hojas, flores u otros la zona donde se encuentre su planta.
  • En primavera es aconsejable efectuar tratamientos preventivos con insecticidas naturales. Los de extracto de Neen son ideales.

Si desea conocer todas las medidas preventivas para evitar posibles problemas y enfermedades visite nuestra página: Mejor prevenir que curar.

5- Tenemos un problema

Enfermedades de las orquídeas.
Enfermedades de las orquídeas. Visite esta página para conocer y tratar las enfermedades más habituales.

Aunque usted haya puesto toda la voluntad, es posible que en algún momento se le presente algún problema. Estos problemas los podemos dividir en dos grandes grupos aunque estan estrechamente relacionados ya que las malas condiciones ambientales suelen ser la puerta de entrada de las enfermedades.

Puede acceder a la información siguiendo los enlaces.

A)- Problemas derivados de unas malas condiciones medioambientales
B)- Problemas debidos a enfermedades o plagas.

A) Problemas asociados a malas condiciones:

Condición anómala: Efectos: Soluciones:
Falta de luz No se produce la floración. Tallos endebles, la planta pierde vigor. Hojas de color verde muy oscuro. Buscar una mejor ubicación. En caso de que no sea posible, complementar con luces artificiales (lamparas de sodio de baja presión u otras similares).
Falta de humedad La falta de humedad puede producirse en el substrato y también en la del aire. Si esto ocurre, las hojas se arrugan y pierden vitalidad. La planta aparece mustia y las flores detienen su desarrollo. Raices de color blanco. Es posible que tras un período prolongado de falta de agua, algunas hojas se vuelvan amarillas y caigan. Vaporizar, regar más a menudo. Instalar un humidificador que podamos controlar, según necesidades.
Temperaturas fuera de rango Exceso o defecto de calor produce caida de las flores y detención en el desarrollo de las varas florales. Corregir mediante los elementos apropiados los desajustes de temperatura. Cambio de ubicación.
Exceso de riego Cuando se produce un exceso de riego o retención de agua por substrato con mal drenaje, las raices suelen pudrirse adquiriendo una coloración oscura y una textura endeble. Las hojas de la planta progresivamente adquirirán una coloración amarilla y, finalmente, la planta morirá. Esperar a que el substrato esté un poco seco entre riegos. Si las raices han empezado a descomponerse, lo mejor es un transplante con substrato nuevo, eliminando (cortando) las partes enfermas previamente. Es conveniente también proceder a una desinfección de la maceta o recipiente de la planta.
Quemaduras por el sol Las hojas quemadas por el sol suelen tomar una coloración amarilla o marrón oscuro. Retirarlas de la ubicación actual. Cubrir las ventanas con un visillo que filtre algo el sol.
Exceso de fertilizantes Puede producir puntas amarillas y secas en las hojas. Dejar de abonar temporalmente. Regar sólo con agua blanda.
Exposición a gases orgánicos Las orquídeas son especialmente sensibles a los gases orgánicos (que desprenden las frutas en descomposición, animales u otros). Los efectos sobre la planta se traducen en el marchitamiento y caida prematura de las flores. Las orquídeas deben estar en un entorno bien ventilado y en el que no se concentren gases orgánicos de culaquier tipo.
Presencia de insectos polinizadores Los insectos polinizadores no son en sí mismo un peligro para la planta, no obstante la polinización de la flor supone su cerramiento (una vez fecundada) y posterior caida. Por lo tanto acorta la vida de la flor. Para mantener el máximo tiempo la flor abierta deberemos evitar la presencia de insectos polinizadores. Para ello tomar las medidas necesarias para evitar su acceso. No se aconsejan insecticidas convencionales ya que pueden dañar a la planta.
Corrientes de aire Producen la caida prematura de las flores. Si bien la orquídea necesita una buena ventilación, la mayoría de las especies (excepto la Vanda) no les gustan las corrientes de aire. Por tanto, hay que evitar que estas llegan a las plantas de forma directa.

¿Tiene más preguntas?

Visite nuestra página: Preguntas frecuentes.

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